El principio
Tiempo atrás, al instante,
un hombre se hizo el chaval que yo era:
¡en mi vida, de repente, fue primavera!
El mundo veía por delante.
Ese labrador de pie junto a sus caballos,
sudando en lo alto de la primera colina por su duro trabajo,
dejando atrás en el valle de abajo
los terrenos junto al río surcados.
Y aún le queda en la ladera labranza.
Las rocas estériles le alivian la carga,
bajo un cielo que truenos descarga.
Y el negro y desnudo pico sobre él se alarga.
Suspiros de esperanza.
¡A ver si el valiente de labrarla se encarga!